Una bella flor con virtudes medicinales capaz de cuidar nuestra piel
Una bella flor con virtudes medicinales capaz de cuidar nuestra piel
En Medicina tradicional: Emoliente, depurativo de la sangre y del cuerpo, calmante, sudorífico, emético, pectoral, tónico, antiinflamatorio, antirreumático y laxante.
El pensamiento se ha utilizado para tratar catarros, tos ferina y resfriados con fiebre, así como en forma de gargarismos para anginas. Popularmente, también se considera un «estimulante del metabolismo», utilizándose como diurético, diaforético y purgante, así como coadyuvante en casos de reumatismo, gota y aterosclerosis. En relación con la actividad diurética, algunos autores consideran que el pensamiento no aumenta la cantidad de orina, sino la eliminación de cloruros.
Afecciones dermatológicas como (dermatitis, heridas y úlcera cutánea). Por vía tópica como emoliente de la piel.
Usos tradicionales:
- Afecciones del tracto respiratorio superior e inferior, como (tos seca, bronquitis o resfriado común).
- Afecciones bucofaríngeas como (estomatitis o faringitis), en forma de gargarismos, debido a sus efectos demulcentes.
- Tratamiento del estreñimiento crónico.
- Tratamiento coadyuvante sintomático de infecciones dermatológicas como acné o impétigo.
La aplicación más importante del pensamiento son las afecciones cutáneas. Actúa tanto en el interior del organismo, depurando la sangre de los residuos tóxicos que intoxican la piel, como en el exterior, por su acción cicatrizante y antiinflamatoria. Se emplea con éxito en todos los tipos de eccemas, incluso en el de los lactantes (costras de leche); en las erupciones alérgicas, acné, tiña, impétigo, infecciones diversas, dermatosis senil (atrofia de la piel de los ancianos), prurito cutáneo (picor de la piel), psoriasis y herpes.
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