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Una dieta balanceada aporta la cantidad de energía que el cuerpo necesita para su funcionamiento, además de los nutrientes básicos para prevenir enfermedades. Los riesgos de la falta de vitaminas son muchos. Por eso, estos elementos deben formar parte de la dieta diaria.

Una buena alimentación incluye nutrientes esenciales y no esenciales. Las vitaminas no pueden faltar. El nombre “vitaminas” reúne dos raíces: “vita” y “amina”; significa que son las aminas vitales para el organismo.

El principal riesgo de la falta de vitaminas es que esto facilita el desarrollo de enfermedades carenciales. Estas se presentan cuando hay un déficit que el organismo no puede suplir por sí solo. Algunas de esas enfermedades pueden ser graves o crónicas. Por esto, es fundamental evitar la carencia de vitaminas.

La deficiencia de alimentos en los países más pobres y las dietas restrictivas y poco variadas del mundo desarrollado son las principales causas de la ingesta insuficiente de vitaminas, conocida como «hipoavitaminosis».

Las vitaminas regulan funciones biológicas esenciales y su deficiencia desencadena alteraciones metabólicas que dan lugar a graves enfermedades como el raquitismo, la ceguera nocturna o el Escorbuto.

Técnicamente, sólo se debería hablar de deficiencia vitamínica cuando la carencia es crónica y ocasiona enfermedades.

Coloquialmente o de forma popular, nos referimos a déficit, falta o carencia vitamínica cuando tenemos niveles bajos de alguna vitamina, por debajo del umbral que se considera óptimo o adecuado para evitar una enfermedad por deficiencia.

Esto es debido a que se ha observado que niveles bajos de ciertas vitaminas pueden dar ciertos síntomas o incluso aumentar el riesgo de enfermedades en un futuro.

Por ejemplo, una dieta inadecuada puede producir insuficiencia de vitaminas (niveles muy bajos que producen síntomas) o, a largo plazo, deficiencia de vitaminas (niveles tan bajos que producen enfermedades).

Las “VITAMINAS” son nutrientes necesarios para la regulación de muchas funciones diferentes del cuerpo. Son importantes para la formación de tejidos, células de la sangre, material genético, hormonas y sustancias químicas para el sistema nervioso.

Las vitaminas pueden ser catalizadores o coenzimas. Como catalizadores, se unen con las proteínas para producir enzimas que, a su vez, producen reacciones químicas esenciales dentro del cuerpo. Como coenzimas, actúan como portadores químicos de una célula del organismo a otro.

A grandes rasgos, las vitaminas constituyen moléculas realmente imprescindibles para asegurar las funciones vitales de los seres humanos.

La mayor parte de estas sustancias no pueden ser elaboradas en forma directa por el organismo, motivo por el cual sólo puede asegurarse su obtención en el marco de la alimentación.

En su gran mayoría, las vitaminas actúan como cofactores o componentes asociados con la actividad de las enzimas, mientras que, en otros casos, intervienen en forma directa en ciertos procesos metabólicos.
(Fuente: https://www.importancia.org/vitaminas.php)