Ingredientes:
Agua de Manantial


¡Descubre los beneficios de los manantiales y cómo pueden mejorar tu salud!

Los manantiales son fuentes naturales de agua que brotan de la tierra o entre las rocas, y pueden ser permanentes o temporales. Además, dependiendo de su origen, pueden ser efímeros, perennes o artesianos. Pero lo más importante de los manantiales es su composición: estas aguas suelen ser ricas en minerales como el calcio, magnesio, sulfato y hierro, entre otros.

¿Sabías que el calcio es crucial para mantener la densidad ósea adecuada y prevenir el desarrollo de enfermedades óseas como la osteoporosis? El magnesio, por otro lado, fortalece nuestro sistema inmunológico, mientras que el sulfato es un potente agente desintoxicante. Y el hierro es esencial para el transporte de oxígeno en nuestro cuerpo, además de ayudar a combatir el envejecimiento.

Pero eso no es todo, el agua de manantial también contiene otros minerales importantes como sodio, zinc, potasio y cloruro, que tienen grandes beneficios para la salud. Los electrólitos que se encuentran en el agua de manantial son esenciales para mantener el equilibrio adecuado en la sangre, la orina y los líquidos del cuerpo, lo que a su vez ayuda a tener una buena circulación sanguínea y una correcta acción muscular.

¿Qué esperas para probar los beneficios del agua de manantial? Además de ser refrescante y deliciosa, te ayudará a cuidar tu salud de manera natural.

Información de los principales ingredientes:

Un manantial es una fuente natural de agua que brota de la tierra o entre las rocas. Puede ser permanente o temporal. Se origina en la filtración de agua, de lluvia o de nieve, que penetra en un área y emerge en otra de menor altitud, donde el agua no está confinada en un conducto impermeable. Estas surgencias suelen ser abundantes.

Los cursos subterráneos a veces se calientan por el contacto con rocas ígneas y afloran como aguas termales.

Dependiendo de la frecuencia del origen (caída de lluvia o de nieve derretida que infiltra la tierra), un manantial o naciente puede ser efímero (intermitente), perenne (continuo), o artesiano.

Los pozos artesianos son manantiales artificiales, provocados por el hombre mediante una perforación a gran profundidad y en la que la presión de agua es tal que la hace emerger en la superficie.

Cuando el agua aflora a la tierra, puede formar un estanque o un arroyo. Las aguas termales así como el géiser también son manantiales.

Aunque con algunas diferencias según el manantial del que provienen, estas aguas suelen ser ricas en: calcio, magnesio, sulfato y hierro.

Opinión de expertos:

Rodrigo Mondragón afirma que los manantiales son el excedente de estas masas de agua subterránea; salen al exterior discurriendo lo largo de una pendiente, o surgen al nivel superior de la capa de agua.

La naturaleza de los terrenos que esta traviesa influye en su composición: el manantial recibe, en estos casos, el calificativo de mineral o termal. Algunos ríos pierden por filtración parte de su caudal de agua, que sigue fluyendo bajo la tierra sin dispersarse, para salir de nuevo la superficie al cabo de cierto trecho: este fenómeno se llama resurgimiento.

Aunque con algunas diferencias según el manantial del que provienen, estas aguas suelen ser ricas en: calcio, magnesio, sulfato y hierro. El calcio es crucial para mantener la densidad ósea adecuada, por lo que su ingesta en cantidades suficientes ayuda a fortalecer los huesos y prevenir el desarrollo de enfermedades óseas como la osteoporosis.

El magnesio es un mineral que fortalece nuestro sistema inmunológico, mientras que el sulfato es un potente agente desintoxicante. El hierro, por su parte, ayuda a combatir el envejecimiento, además de ser esencial para el óptimo transporte de oxígeno en nuestro cuerpo. Aparte de estos cuatro minerales, el agua subterránea contiene otros minerales importantes tales como sodio, zinc, potasio, cloruro que también tienen grandes beneficios para la salud. El agua de manantial sirve para restablecer el equilibrio electrolítico de las personas.

Los electrólitos se encuentran en la sangre, la orina y los líquidos del cuerpo, y mantener el equilibrio adecuado de los mismos ayuda a tener una buena circulación sanguínea, así como una correcta acción muscular.