Información de los principales ingredientes:

Nombre científico: Leucophyllum frutescens

La especie vegetal conocida como Cenizo de Monterrey (Leucophyllum frutescens) crece hasta 2.5 metros de altura, ramificado. Las flores tienen forma de campana o embudo, con cinco lóbulos y dos labios. Las hojas del cenizo están presentes durante todo el año, son aterciopeladas y de color gris verdoso

Se menciona su empleo en la medicina tradicional del noroeste mexicano para tratar afecciones de la garganta como la tos y molestias relacionadas con el resfriado como la congestión nasal.

Existen reportes de su uso en medicina tradicional para tratar infecciones pulmonares incluyendo tuberculosis, diarrea y disentería, en procesos febriles, tos, asma y desórdenes del hígado.

Se usa contra la diarrea y disentería; corta las hemorragias; previene la debilidad hepática y la ictericia; corta las fiebres.

Es un febrífugo muy eficaz. Se toma en forma de cocimiento, para el que se emplean las hojas.

En algunas regiones del país se le emplea para la gripa, "para la tos que no para", tomada como té y dándose baños con ella.

El té de cenizo se ha empleado sin efectos aparentemente tóxicos.

Opinión de expertos:

Rodrigo Mondragón afirma que en estudios fitoquímicos destacan la presencia de lignanos fitotóxicos diayangambina, epiyangambina, diasesartemina y epiasantina, leubetanol y furanolignano con actividad antituberculosa.

Sirve para tratar infecciones pulmonares incluyendo tuberculosis, diarrea y disentería, en procesos febriles, tos, asma y desórdenes del hígado. Se emplea vulgarmente contra la fiebre, tomando la infusión de las hojas. También contra ictericia y males del hígado severos.