Ingredientes:
EPA (ácido eicosapentanoico)
VITAMINA E (alfa tocoferol)


“El EPA: Impulso para una vida saludable y equilibrada"

El EPA (ácido eicosapentaenoico) es un ácido graso insaturado que desempeña un papel fundamental en nuestro organismo. Es una sustancia esencial para múltiples estructuras celulares, como las membranas lipídicas de todas nuestras células. Además, su presencia es crucial para el funcionamiento adecuado de nuestro sistema circulatorio y cerebro.

Permíteme destacar los efectos positivos del EPA en nuestro organismo:

Prevención del riesgo cardiovascular: El EPA contribuye a reducir la presión arterial y mejorar el perfil lipídico en la sangre, disminuyendo los niveles de colesterol y triglicéridos.

Protección contra el cáncer: Se ha demostrado que el EPA ayuda a prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de mama, colon y próstata. Además, en personas enfermas, fortalece la respuesta del sistema inmunitario frente al cáncer.

Alivio de la inflamación: El EPA ha mostrado su capacidad para reducir los síntomas de diversas enfermedades inflamatorias, brindando alivio en patologías relacionadas con la inflamación.

Mejora de la salud cutánea: En enfermedades como la psoriasis o el eczema, el EPA alivia los síntomas de las lesiones cutáneas, contribuyendo a una piel más saludable.

Protección del cerebro: Se ha observado que el EPA puede disminuir las posibilidades de desarrollar enfermedades como el Alzheimer, la esquizofrenia y la demencia.

Importancia durante la gestación y la infancia: El consumo de EPA resulta fundamental para el adecuado desarrollo del sistema nervioso y el crecimiento del bebé. Además, reduce el riesgo de hipertensión arterial asociada al embarazo.

Hablemos ahora sobre la vitamina E, un poderoso aliado:

La vitamina E, una vitamina liposoluble, desempeña un papel esencial en nuestro organismo como antioxidante. Su presencia ayuda a proteger los ácidos grasos y brinda una defensa natural contra los efectos del envejecimiento y la degeneración de los tejidos, como la piel y los vasos sanguíneos.

Estos son algunos de los beneficios que la vitamina E nos ofrece:

Protección mental y prevención de enfermedades crónicas: La vitamina E protege contra los efectos mentales del envejecimiento, como la pérdida de memoria, y puede prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el cáncer.

Refuerzo del sistema inmunológico: En las personas mayores, la vitamina E aumenta la inmunidad, combate las toxinas del humo del tabaco y otros contaminantes, y se utiliza en el tratamiento de enfermedades como el mal de Parkinson. Además, ralentiza la evolución de las cataratas y el desarrollo del Alzheimer.

Protección celular: La vitamina E ayuda a proteger nuestras células contra los daños causados por los radicales libres, contribuyendo a mantener un equilibrio saludable en nuestro organismo.

Estimulación del sistema inmunológico: La vitamina E estimula el sistema inmunológico para combatir bacterias y virus invasores.

Información de los principales ingredientes:

EPA

El EPA es un ácido graso insaturado, el organismo humano necesita el EPA como sustancia básica para múltiples estructuras celulares, así, por ejemplo, para las membranas de lípidos de todas las células. Es necesario para el correcto funcionamiento del sistema circulatorio y el cerebro.

El EPA reduce la síntesis hepática de triglicéridos puesto que es mal substrato para las enzimas responsables de la síntesis de triglicéridos e inhibe la esterificación de otros ácidos grasos. El aumento de la oxidación de ácidos grasos en el hígado también contribuye al descenso de los triglicéridos.

Efectos positivos en el organismo:

• Prevención del riesgo cardiovascular. Contribuye a la disminución presión arterial y a la mejora del perfil lipídico en sangre, concretamente, disminuye el colesterol y además reduce la concentración de triglicéridos en sangre.

• Ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer, entre ellos, el cáncer de mama, colon y próstata. Y en personas enfermas mejora la respuesta del sistema inmune frente al cáncer.

• Patologías que cursan con inflamación, en estos casos contribuyen a reducir los síntomas de diferentes enfermedades inflamatorias.

• Trata enfermedades que afectan a la piel como la psoriasis o eczemas, aliviando los síntomas de las lesiones cutáneas que se producen.

• Disminuye las posibilidades de padecer Alzheimer, esquizofrenia y demencia.

• Desempeña funciones muy importantes durante la gestación, lactación e infancia; su consumo es fundamental para el correcto desarrollo del sistema nervioso y el crecimiento del bebé, y por otra parte, contribuye a disminuir el riesgo de hipertensión arterial asociada al embarazo.

Vitamina E

La vitamina E, es una vitamina liposoluble y resulta esencial para el organismo dado que es un antioxidante que ayuda a proteger los ácidos grasos.

Es un antioxidante natural que reacciona con radicales libres, protegiendo al organismo contra los efectos del envejecimiento y contra la degeneración de los tejidos como la piel y vasos sanguíneos.

• Protege contra los efectos mentales del envejecimiento como la pérdida de memoria. Y evita el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer.

• Aumenta la inmunidad en las personas mayores, combate toxinas del humo del tabaco y de otros contaminantes, sirve para el tratamiento de mal de Parkinson, retarda la evolución de las cataratas y el desarrollo del Alzheimer.

• Ayuda a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres.

• Estimula el sistema inmunitario a fin de que éste pueda combatir las bacterias y los virus que lo invaden.

• Ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y evitar la formación de coágulos de sangre en su interior.

Cumple un rol importante en cuanto al mantenimiento del sistema inmune saludable, especialmente durante el estrés oxidativo y enfermedades virales crónicas.

Opinión de expertos:

EPA

Rodrigo Mondragón dice que el organismo humano necesita el EPA como sustancia básica bioquímica para múltiples estructuras celulares, así, por ejemplo, para las membranas de lípidos de todas las células y para importantes sustancias mensajeras que se denominan prostaglandina, leucotrieno y tromboxano. Estas sustancias son al fin y al cabo responsables de que las características de fluidez de la sangre sean favorables y de que la viscosidad de la sangre no sea alta ya que se podría producir un empeoramiento en la circulación sanguínea y posibilidades de padecer una trombosis.

Los ácidos grasos Omega 3 y el aceite de pescado se encuentran en la alimentación de los pueblos mediterráneos, de Japón y de Groenlandia. Dado que en estas zonas se dan muchos menos casos de infartos cardiacos y derrames cerebrales que en Europa Central y en los Estados Unidos, se empezó a dar importancia a los ácidos grasos Omega 3. Posteriormente los bioquímicos se han ocupado de estas sustancias.