¿Cómo puedes usar el Alfa Linoléico y la Vitamina "A"?
¿Cómo puedes usar el Alfa Linoléico y la Vitamina "A"?
El AAL tiene efectos biológicos importantes y ayuda a prevenir y manejar enfermedades crónicas como: Enfermedades del corazón, embolias, diabetes tipo 2, enfermedades del riñón y ciertos tipos de cáncer. El AAL desalienta la inflamación, la cual es una característica de muchas enfermedades crónicas, y ayuda a promover un funcionamiento adecuado de los vasos sanguíneos, lo cual reduce el riesgo de ataques al corazón y embolias.
La ingesta adecuada de estos ácidos grasos promueve la disminución de la concentración sanguínea de triglicéridos, disminución en la presión arterial y decremento en la agregación plaquetaria.
Entre las principales propiedades activas y efectos de AL se han podido comprobar los siguientes:
Inhibición del crecimiento de tumores malignos.
Mejor funcionamiento del sistema inmunológico.
Aumento de la sensibilidad a la insulina en el tejido periférico.
Efecto anticatabólico en lo que respecta a la musculatura.
Reducción del almacenamiento de grasas.
Aumento de la masa corporal en relación con la grasa corporal.
Reducción del colesterol y efectos antiaterogénicos.
Propiedades antioxidantes.
Protección contra la osteoporosis.
Vitamina "A"
La vitamina A es una vitamina liposoluble. Dos tipos diferentes de vitamina A se encuentran en la alimentación. La vitamina A preformada se encuentra en productos de origen animal como carne de res, pescado, aves de corral y productos lácteos. El otro tipo, provitamina A, se encuentra en alimentos de origen vegetal, como frutas y verduras. El tipo más común de provitamina A es el betacaroteno.
Sistema óseo: Es necesaria para el crecimiento y desarrollo de huesos.
Desarrollo celular: esencial para el crecimiento, mantenimiento y reparación de las células de las mucosas, epitelios, piel, visión, uñas, cabello y esmalte de dientes.
Sistema inmune: Contribuye en la prevención de enfermedades infecciosas, especialmente del aparato respiratorio creando barreras protectoras contra diferentes microorganismos. Estimula las funciones inmunes, entre ellas la respuesta de los anticuerpos y la actividad de varias células producidas por la medula ósea que interviene en la defensa del organismo como fagocitos y linfocitos. Por ello promueve la reparación de tejidos infectados y aumenta la resistencia a la infección.